martes, 1 de mayo de 2012

Consagración de los Utensilios del templo


Consagración de los Utensilios del templo
                                                    
Éxo_40:9  Y tomarás el aceite de la unción y ungirás el tabernáculo, y todo lo que está en él; y lo santificarás con todos sus utensilios, y será santo.
Éxo_40:10  Ungirás también el altar del holocausto y todos sus utensilios; y santificarás el altar, y será un altar santísimo.
La primera definición que del término “consagrar” da un diccionario común y corriente como el Diccionario Práctico Larousse, es la siguiente: Dar carácter sagrado, dedicar a Dios. De esta definición pasamos a la que se encuentra en la Biblia Dios Habla Hoy en su glosario: Consagrar un lugar, objeto o persona a Dios quería decir apartarlo para él. Otra palabra que las versiones tradicionales usan para designar lo así consagrado, es “santo”. Como señal visible de la consagración, se untaba o derramaba aceite de olivo sobre la cabeza del que iba a ser consagrado (“ungir”, “ungimiento”). Así se consagraba a los sacerdotes y a los reyes.
 Lev 21:10  Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza, ni rasgará sus vestidos,
Lev 21:12  Ni saldrá del santuario, ni profanará el santuario de su Dios; porque la consagración por el aceite de la unción de su Dios está sobre él. Yo Jehová.
              ¿Qué significa “consagrar”?
De estas definiciones se puede entender que hablar de una consagración es referirse al acto de dedicar de manera exclusiva el uso de un objeto o una persona a una finalidad específica Dentro del templo. Valga lo gráfico del siguiente ejemplo: ¿acaso usaremos los utensilios empleados en la celebración al señor  y luego los llevaremos a un  lugar que no es para glorificar  a Dios? Desde luego que no: Estos utensilios tienen un fin exclusivo y para tal fin se destinan.

             Consagración de los
utensilios
Si nos remitimos a la Palabra de Dios, encontramos que El Señor pide que se le consagren objetos, como por ejemplo el Arca de la Alianza (Éxodo 25.10-22; 37.1-9) o El Templo de Jerusalén que construyó el rey Salomón, como símbolos de la presencia del Señor entre su pueblo y de su protección.
En nuestro caso como servidores de su templo,  Tenemos que hacer una  consagración a Dios de los instrumentos o
utensilios que empleamos en las actividades que nos corresponden. Para esta consagración, normalmente se solicita al pastor y  la congregación que haga una oración especial al Señor en la cual le presenta el instrumento los objetos que se utilizaran para su servicio y se le pide que esto sea utilizado para Su servicio, para que se haga Su Voluntad. ¿Para qué, por qué se hace esto?
Consagrar los instrumentos o
utensilios implica, entre otras cosas: Reconocer que de Él hemos recibido los instrumentos necesarios y que los queremos poner a Su Servicio. Esto también implica una buena dosis de sincero agradecimiento. Aceptar que los emplearemos solamente para los usos de nuestro servicio musical.  Tenemos que darnos cuenta de que los instrumentos consagrados son signos de algo mucho mayor: la consagración de nuestras propias vidas a Dios. Es como pensar: “si esta guitarra la he consagrado al Señor, con mayor razón mi vida entera debe estar consagrada a el Dios de Israel”. Y esta consagración es, al final de cuentas, un Agradecimiento Por todo lo que él nos ha  Dado a nuestro alrededor. Amen

2Cr 15:18  Y trajo a la casa de Dios lo que su padre había dedicado, y lo que él había consagrado, plata, oro y utensilios 19  Y no hubo más guerra hasta los treinta y cinco años del reinado de Asa.

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